John
Locke y su pensamiento sobre la educación
Para
Locke, el deseo natural es alcanzar el placer y evitar el dolor; y el
papel de la razón en las cuestiones prácticas es descubrir los medios para
estos fines, pues la búsqueda del placer debe ser controlada por el intelecto.
Para el autor, la responsabilidad de los padres y de los educadores es enseñar
a los niños las reglas y controles de la razón.
En
el contexto educativo, Locke estuvo influido por el denominado 'realismo
sensorial', donde el conocimiento se adquiere por la percepción de los
objetos, hechos y fenómenos del mundo, más que por la acción de la memoria, y
la observación y la experimentación conducen al conocimiento 'verdadero'. Aquí
la mente se halla supeditada en los confines de la experiencia. La experiencia
entendida como la información proporcionada por los órganos de los sentidos,
por ello el empirismo afirma que todo conocimiento deriva de la experiencia de
los sentidos.
A
diferencia de Descartes, en John Locke no existen ideas innatas
ni aprehensión innata de la manera como el mundo es, 'no nacemos con ideas innatas'.
El entendimiento, antes de toda experiencia, no es más que un papel en blanco y
todo conocimiento comienza en los sentidos.
Las
expresiones de la 'mente vacía' o en 'papel en blanco' son el
punto de partida del empirismo en Locke, el intelecto es como una tabula
rasa en el que nada se ha escrito aún. La mente en principio es algo
vacío, está sin idea alguna, es una tabla limpia, es una superficie donde no
hay ninguna traza, es un tablero donde no hay nada escrito y entonces al estar
en el mundo y al percibir el mundo se va llenando la mente. La mente está
en potencia de conocer lo que los sentidos le presenten del mundo y, a partir
de las múltiples percepciones, se van imprimiendo ciertas huellas en la mente,
se va llenando el espacio de la mente.
En
el libro «Pensamientos sobre la educación», que fue constituido de cartas
escritas por Locke a su amigo Edward Clarke, quien le pedía consejos sobre
la educación que debía dar a su hijo, se divide la educación en tres: Educación
'Física', Educación 'Moral' y Educación 'Intelectual'. El pensamiento educativo
de Locke está estrechamente relacionado con su filosofía y con su liberalismo
político. Aboga por una educación apta para formar un 'genilemán' capaz de
ser útil a sí mismo y a su patria en un clima de ordenada libertad y audaz
iniciativa (Abbagnano y Visalberghi, 2004: 342). De esta manera, sólo se
interesa por la educación de los hijos de la burguesía acomodada, a quienes una
buena educación debe asegurar un espíritu bien regulado, capaz de razonar y físicamente
un cuerpo bien dispuesto.
El
juego como medio de educación. Para Locke,
la educación del niño debe basarse en el juego, pues lo considera de enorme
importancia educativa y no sólo como un ejercicio físico. «El juego enseña a
medir las propias fuerzas, a dominarse, a actuar con provecho sobre el mundo
externo. Por último, puede ser fuente de enseñanzas intelectuales. Por ejemplo,
los niños podrían aprender a leer jugando» (Abbagnano y Visalbergghi, 2004:
344).
Locke
es de la opinión de que los niños deben tener diferentes tipos de juguetes pero
que siempre deben estar en manos de los preceptores, por dos razones. La
primera, se sustenta en que el niño no debe tener nunca en su poder más de un
juguete, sino ha devuelto el otro, porque habrá que enseñarle a ser cuidadoso y
a no destrozar. La segunda, es que una gran cantidad de juguetes de toda clase
puede hacer de los niños caprichosos y negligentes, lo cual lo puede habituar a
hacerse disipador y pródigo. «¿Qué juguetes tendrán los niños? Responderé
que deben hacérselos por sí mismos, o, al menos, ensayarse, aplicarse a este
trabajo; hasta que hayan adquirido esta habilidad, no es preciso darles
juguetes, o, al menos no darles sino los que no exijan un gran artificio.
Piedrecitas, una hoja de papel, el manojo de llaves de la madre, en fin, todo
objeto que él pueda manejar sin hacerse daño; todo esto conviene mucho más para
divertir a los niños, que esos juguetes costosos y codiciados que van a
comprarse en los bazares y que pronto se descomponen y se destrozan»
(Locke, 1986, § 130 Pág. 182).
El
ejercicio corporal como complemento. Con el fin de integrar la Educación
Física, por medio de ejercicios corporales, con la educación intelectual, Locke
aconseja el baile, la música, la esgrima y la equitación.
Para
Locke, las cualidades que debe tener un hombre son: la virtud, decir la verdad,
la prudencia y la buena educación. «Pongo la virtud como la primera y la más
necesaria de las cualidades porque es absolutamente indispensable para
asegurarle la estimación y el afecto de los demás hombres, para que sea
agradable, o, al menos, soportable para él
mismo» (Locke, 1986, § 135 Pág. 189); «hacedle comprender que se le perdonarán
veinte faltas mejor que una mentira» (Locke, 1986, § 139 Pág. 192); «Llamó
prudencia a la cualidad de un hombre que conduce en el mundo sus asuntos con
habilidad y previsión. Es efecto de una constitución feliz, de la aplicación
del espíritu, y sobre todo, de la experiencia» (Locke, 1986, § 140 Pág. 195). La
cualidad que conviene a un caballero es la buena educación. Hay dos maneras de
ser mal educado: la tonta timidez y la falta de reserva. «Se evitarán estos
dos defectos con la práctica constante de esta única regla: no tener mala
opinión ni de sí mismo ni de los demás» (Locke, 1986, § 141 Pág. 197)
Enfatizando
en que los hombres nacen desposeídos de ideas innatas, desde un pensamiento
educativo, los hombres pueden aprender y educarse de la misma manera a través
de la experiencia. La educación, en este contexto empirista, es algo que se
construye través del interjuego de aprender a aprender, y con ella se llega al
desarrollo de las habilidades mentales y a los hábitos. Ahora bien, el proceso
educativo no se logra por acumulación de información, ideas o sensaciones, no
es un mero llenado de la mente que estaba vacía, sino que ha de implicar una
elaboración, que Locke presenta con el nombre de 'reflexión' -pensamiento,
abstracción. A este proceso educativo le deviene una relación entre la
experiencia y el aprender reflexionando, así como un ejercicio mental que
consiste en adquirir el hábito de combinar ideas mediante formas de pensamiento
y razonamiento.
Locke
siempre estuvo relacionado con el entorno educativo, quizá por ello se preocupó
por la filosofía del conocimiento concluyendo dos ideas básicas: el
conocimiento tiene por materia las ideas y la educación es lo único
capaz de formarte provocando las diferencias sociales. Esta segunda
reflexión no implica que Locke, como muchos han defendido, proponga una
educación universal. Es más, sus teorías son todo lo contrario, ya que
considera que el conocimiento debe quedar limitado a quienes tienen tiempo
libre para aprovecharlo y la educación debe estar al servicio de los
ciudadanos; por ejemplo, todos deben aprender a escribir y hacer cuentas
adecuadamente. Sin embargo, sólo las clases altas se instruyen en las ciencias
frente al trabajador, que debe desempeñar correctamente habilidades mecánicas.
Por tanto, sus reflexiones pedagógicas están dirigidas al gentleman inglés
entendido como un caballero que protege la vida y la libertad y conduce los
asuntos de la nación.